Uruguayo de nacimiento, alcanzó la fama en Buenos Aires, donde vivió hasta que falleció en un siniestro vial manejaba a gran velocidad su auto deportivo y se estrelló contra un semáforo
Tenía porte gardeliano y una voz muy potente, aunque a diferencia de Carlitos, que conquistaba con matices dulzones tanto en su canto como en su gesto, Julio Sosa representaba cabalmente al macho tanguero, al que podía perder, pero no lloraba, porque los hombres no lloran. Una postal de otra época que en su vida le valió el apodo