l Ministerio de Relaciones Exteriores envió al Parlamento el proyecto del «Acuerdo entre el Gobierno de la República Oriental del Uruguay y el Gobierno de la República de Türkiye sobre la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones» firmado el 23 de abril de 2022 entre el canciller Francisco Bustillo y su homólogo turco Mevlüt Çavusoglu.
En la exposición de motivos que antecede a la norma se remarca la «estructura moderna y de altos estándares» del acuerdo, que «ofrece certeza jurídica» a los inversores de ambos países, al incluir un «completo capítulo de solución de controversias».
«Este artículo coadyuva a la expansión de las relaciones económicas bilaterales a través del establecimiento de reglas claras y predecibles, lo que constituye un acuerdo pionero en materia de promoción y proyección de inversiones», reza el texto.
El acuerdo consta de 18 artículos y dos anexos, el primero referente a los términos de expropiación y el segundo es un código de conducta.
Entre otros aspectos, la norma establece, en su artículo 5, el principio de trato nacional y trato de nación más favorecida, es decir, «el garantizar un trato no menos favorable que el otorgado a inversionistas de la otra parte o cualquier otro país que no parte en el acuerdo en circunstancias similares».
En su artículo 12, el texto «regula la denegación de beneficios» en el caso que una empresa «no tenga actividades económicas sustantivas», que sea «propiedad o es controlada por inversores» de un país «no parte» del acuerdo o cuyo beneficio fue denegado.
El documento marca que, «como innovación, se establece un compromiso de los inversores de incorporar» políticas internas de «responsabilidad social empresarial».
El artículo referido, el número 13, dice: «Los inversores que operen dentro del territorio de cada Parte Contratante procurarán incorporar voluntariamente en sus prácticas y políticas internas estándares de responsabilidad social empresariales reconocidos internacionalmente, tales como declaraciones de principios que hayan sido respaldadas o promovidas por las Partes Contratantes. Estos principios abordan, entre otras, cuestiones en materia laboral, ambiental, de derechos humanos, relaciones comunitarias y lucha contra la corrupción».
El acuerdo además incorpora un sistema de solución de controversias entre uno de los dos países e inversores de la otra parte, «mediante un proceso que establece la elección de un foro único en forma definitiva y con reglas claras y precisas».
En el texto se remarca que el acuerdo «estimulará el flujo de capital y de tecnología», así como «el desarrollo económico» de ambos países.
Con respecto a las relaciones comerciales bilaterales, según Uruguay XXI, en el año 2020, nuestro país exportó a Turquía un total de 201 millones de dólares, que se dividen en las siguientes categorías: animales vivos de la especie bovina (34,8 %), habas de soja, incluso quebrantadas (22,9 %), pasta química de madera a la sosa (soda) o al sulfato (17,4 %), arroz (16,4 %) y preparaciones de los tipos utilizados para la alimentación de los animales (4,0 %).
En cuanto a las importaciones desde ese país a Uruguay, el organismo señala que en 2020 fueron por un total de 20 millones de dólares, que se divide en: perfiles de hierro o acero sin alear (12,8 %), calentadores eléctricos de agua de calentamiento instantáneo (10,3 %), cementos hidráulicos (10,3 %), máquinas para lavar ropa (7,7 %) y automóviles de turismo y demás vehículos diseñados para el transporte de personas (5,1 %).