Estados Unidos

Es la primera vez en cuatro años que el Partido Republicano, en su sección estatal de Texas, tienen un congreso totalmente presencial durante el fin de semana, y trataron de recuperar el tiempo perdido en cuanto a sus proclamas y posiciones cada vez más movidas hacia la extrema derecha.

La medida más fuerte adoptada por votación abrumadoramente mayoritaria dice que la victoria de Joe Biden por encima de Donald Trump, en las pasadas elecciones presidenciales, fue “ilegítima”. Según publica el diario Texas Tribune, un paquete de resoluciones salieron en un documento final, entre las que figuran varios postulados ultraconservadores que se alejan incluso de la ciencia y la evidencia.

Matt Rinaldi, presidente del Partido Republicano de Texas, dijo: “Los republicanos de Texas, con razón, no tienen fe en los resultados de las elecciones de 2020 y no nos importa cuántas veces las élites nos digan que tenemos que hacerlo. El Partido Republicano de Texas está recaudando fondos récord para la integridad electoral, y hemos hecho de la integridad electoral una prioridad principal para garantizar que Texas nunca siga el camino de Pensilvania, Georgia o Arizona. Nos negamos a permitir que los demócratas manipulen las elecciones en 2022 o 2024”.

“Rechazamos los resultados certificados de las elecciones presidenciales de 2020 y sostenemos que el presidente interino Joseph Robinette Biden Jr. no fue elegido legítimamente por el pueblo de los Estados Unidos”, agregó Rinaldi.

Exigen que se requiera al sistema educativo texano “aprender sobre la humanidad del niño no nacido”, incluida la enseñanza de que la vida comienza con la fertilización y que los estudiantes escuchen ultrasonidos en vivo de los fetos en gestación.

Piden presionar para que sea enmendada la Constitución del Estado de Texas para eliminar el poder de la Legislatura para “regular el uso de armas”, a fin de terminar de liberalizarlas.

Los republicanos quieren también que cualquier orientación sexual distinta a la heterosexual sea tratada como “una elección de vida anormal”, y que la identidad de género distinta a la heterosexual cisgénero se defina como “una enfermedad de salud mental genuina y extremadamente rara”, todo esto a contramano de la evidencia científica. En este mismo asunto, demandan que los documentos oficiales y civiles solamente usen el “género biológico” de la persona y que se penalice a los médicos y personal de salud que realicen cirugías de reasignación de género, tratando estos casos como “negligencia médica”.

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