Etchecolatz, considerado como uno de los principales ejecutores de la dictadura fue condenado a nueve cadenas perpetuas por delitos de lesa humanidad que incluyen secuestros, asesinatos, torturas, desapariciones y robo de bebés.
La muerte del represor ha sido confirmada por la abogada Guadalupe Godoy ante el Tribunal Oral Federal N°5. Godoy era una de las abogadas que estuvo al frente de la querella contra el represor en la causa por la desaparición en 2006 de Jorge Julio López, albañil cuyo testimonio contra Etchecolatz, al que describió como «un asesino en serie sin compasión», resultó fundamental durante el proceso.
Durante la dictadura, Etchecolatz ejerció como jefe directo de los al menos 21 centros clandestinos de detención que hubo en la Provincia de Buenos Aires en los años de la dictadura.
«Falleció Etchecolatz, sin decir adónde están», ha lamentado Godoy en su cuenta de Twitter sobre los aproximadamente 30.000 desaparecidos de la dictadura.
El represor cumplía todas sus condenas en la Unidad Penal que funciona en Campo de Mayo, a pesar del último fallo de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal que le había otorgado el estado de arresto domiciliario.
Rubén López, hijo de Jorge Julio López, lamentó que el represor «haya muerto sin decir dónde están» muchos de los desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.
«Tengo una especie de dolor de estómago. Estoy nervioso, no es por tristeza, tampoco es por alegría porque se haya muerto una persona que quizá fue el culpable de la desaparición de mi viejo. Es muy difícil explicar el sentimiento que tengo en este momento», ha lamentado en declaraciones a la agencia Télam