La crisis social y económica generada por la pandemia de Covid-19 elevó el nivel de pobreza al 42 por ciento en el segundo semestre de 2020, un incremento del 6,5 por ciento en relación al mismo período de 2019.
La cifra de pobreza significa que 12 millones de argentinos y argentinas, en 2,9 millones de hogares, no cuentan con los ingresos para acceder a al canasta básica total.
En tanto, el nivel de indigencia se elevó al 10,5 por ciento de la población (3 millones de personas), quienes no llegan a cubrir la canasta básica alimentaria. La tasa de indigencia se incrementó un 2,5 por ciento en relación al 8 por ciento registrado a fines de 2019.
El promedio de habitantes de los hogares pobres es de 4,1 integrantes, con un ingreso de 29.567 pesos, debajo de la canasta básica de 50.854 pesos.
En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destaca que más de la mitad (57,7%) de las personas de 0 a 14 años son pobres.
Los datos corresponden al segundo semestre de 2020, lo que significa un incremento de 1,1% respecto del primer semestre de ese año. En comparación con el semestre anterior, el nivel de indigencia se mantuvo en el 10 por ciento.
El informe precisa que «la suma de ingreso total familiar aumentó un 8,5% con respecto al semestre anterior, por debajo de la suba de las canastas en el período en cuestión, lo que explica el aumento de la tasa de pobreza del conjunto de la población en el promedio del semestre».
Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Gran Buenos Aires (GBA) y Noreste (NEA); y las menores, en las regiones Pampeana y Patagonia (cuadro 4.1). En el GBA –región con mayor cantidad de población– se verificó el valor más alto en la serie por quinto semestre consecutivo.
Fuente: Página 12